Mientras las protestas por la violenta muerte del afroamericano George Floyd a manos de un agente en Minneapolis se extienden por todo Estados Unidos, varios estados y ciudades de ese país declararon estado de emergencia, además de decretar el toque de queda. 

En este contexto, hay una creciente preocupación sobre los daños que podrían sufrir la comunidad surcoreana en Estados Unidos. 

De hecho, el gobernador del Estado de California declaró el día 30, hora local, estado de emergencia en Los Ángeles County, donde residen muchos ciudadanos surcoreanos. Aunque los manifestantes aún no han llegado al barrio coreano de la localidad, los residentes surcoreanos temen que se repitan los daños sufridos durante las protestas raciales en 1992 en Los Ángeles, cuando miembros de la comunidad coreana se vieron seriamente afectados ante la ausencia de policía. 

Ya en Minneapolis y Atlanta al menos seis tiendas operadas por ciudadanos surcoreanos fueron saqueadas o atacadas por los manifestantes. 

Hasta la fecha, las autoridades de 25 ciudades en 16 estados en Estados Unidos han decretado el toque de queda nocturno y fueron desplegados miles de efectivos de la Guardia Nacional.