La comunidad religiosa surcoreana ha urgido a esclarecer pronto las sospechas en torno a la ONG Justicia para "mujeres de consuelo" y la administración de la Casa del Compartir, un refugio para las víctimas de esclavitud sexual impuesta por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, de cara a avanzar hacia un nuevo futuro.
El llamamiento lo hicieron los representantes de cinco comunidades religiosas en una declaración conjunta el miércoles 20, al resaltar que si hubo irregularidades en la contabilidad o la gestión de esa entidad, deben aclararse.
Expresaron un profundo pesar por ese cúmulo de negligencias, aunque no intencionadas, mientras Japón sigue negándose a ofrecer una debida disculpa a las víctimas de esclavitud sexual, pese a la lucha para reivindicar los derechos de esas mujeres desde una base solidaria y con gente de buena voluntad.
Así, los líderes religiosos exhortaron a no permitir que la conducta indebida de algunos frustre los esfuerzos de las víctimas y de la sociedad surcoreana, ni el objetivo de promover la verdad histórica.