Las clases presenciales comenzarán primero solo para los estudiantes del último año de bachillerato alrededor del 11 de mayo, para reanudarse progresivamente para alumnos menores a partir del 19 de ese mismo mes.
El plan difiere del original, que valoraba iniciar las clases presenciales para estudiantes de tercer año de secundaria y de tercer grado de bachillerato en una primera fase. El cambio, según las autoridades educativas, considera la relativa inmadurez de los adolescentes de secundaria y la posibilidad de que no respeten cabalmente las pautas relajadas de distanciamiento social.
Tales pautas recomiendan a las personas guardar una distancia de uno o dos metros entre sí, abstenerse de realizar acciones que conlleven contacto físico o esparcimiento de partículas de saliva, y evitar el uso compartido de toallas y artículos deportivos.
Los docentes se encargarán de controlar la conducta de los estudiantes, si bien desde ya surge la preocupación de que será difícil que los profesores monitoreen el comportamiento de cada uno de los alumnos a toda hora.