Cinco países europeos integrantes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas calificaron la última prueba de Corea del Norte como un "acto de provocación", y emitieron una declaración conjunta condenando enérgicamente al régimen norcoreano.
Durante una reunión a puerta cerrada celebrada por el Consejo tras darse a conocer el ensayo balístico, Reino Unido y Francia, miembros permanentes, así como Alemania, Bélgica y Estonia, como miembros no permanentes, unieron sus voces para condenar la última provocación de Corea del Norte.
En la declaración, esas cinco naciones europeas expresan una profunda preocupación por los últimos lanzamientos balíticos de Pyongyang.
El embajador alemán ante la ONU, Christoph Heusgen, enfatizó que las provocaciones de Corea del Norte amenazan la paz y la seguridad mundial y regional, además de vulnerar claramente resoluciones de la ONU adoptadas por unanimidad. Asimismo, pidió al régimen de Kim Jong Un volver a la mesa de diálogo nuclear con Estados Unidos.
Dicha declaración es una mera respuesta de algunos países europeos, y no refleja la postura oficial del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos, por ejemplo, se negó a sumarse a la iniciativa.