Según informaron las autoridades sanitarias el miércoles 4 de marzo, hasta esa fecha Corea acumula 5.621 casos de COVID-19. El número de muertes por dicho virus asciende a 34 personas, siendo la última víctima una mujer en sus ochenta, que falleció en el Centro Médico de Daegu mientras recibía tratamiento. En tanto, 41 personas han sido dadas de alta.
Las autoridades han confirmado que un 66% de los casos del país deriva de contagios colectivos, como los producidos en la secta de Shincheonji en Daegu, en otra iglesia presbiteriana en Busan y en un edificio comercial-residencial ubicado en Seúl. El 34% restante son contagios esporádicos o aún bajo análisis.
Ante esta situación, el Gobierno aumentará hasta 303 camas en el Hospital Militar de Daegu para pacientes con síntomas medianamente graves, mientras ha reconvertido tres instalaciones en centros de atención médica continua, para aquellos con síntomas leves.
Asimismo, ha establecido unas pautas de actuación para "centros de diagnóstico en marcha", que permiten a la ciudadanía someterse a exámenes médicos sin necesidad de bajarse del coche. Actualmente 48 de estos centros operan a nivel nacional, logrando incrementar hasta tres veces la velocidad de los test, respecto a las clínicas o consultorios locales designados como centros de diagnóstico.