Corea del Sur y Estados Unidos celebraron los días 14 y 15 en Washington la sexta ronda de negociaciones sobre reparto de gastos compartidos de defensa combinada, que culminó sin acortar diferencias.
El principal negociador surcoreano, Jeong Eun Bo, afirmó desde el aeropuerto antes de dejar Washington que harán falta más negociaciones entre los aliados hasta acercar posturas sobre gastos de defensa combinada.
Si bien no entró en detalle, explicó que no abordaron el posible despliegue de tropas surcoreanas en el Estrecho de Ormuz, ni la compra de armas por parte de Seúl a Washington.
Mientras, el departamento de Defensa estadounidense asegura que gran parte de los gastos de defensa combinada beneficiarían directamente a la economía surcoreana, pues se destinan a contratar a trabajadores y comprar productos o servicios en Corea del Sur.
El portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, explicó el jueves 16 que Estados Unidos ha venido presionando a sus aliados a aumentar las aportaciones en defensa desde que el presidente Donald Trump asumió su cargo, y continúa esperando que las naciones -ya sean de Oriente Medio, de Europa o de Asia- aporten "un poco más".