Una fuerte polémica se avecina en torno al Libro Azul Diplomático 2019 del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, que define como impropio el uso de la expresión "esclava sexual", alegando que el Gobierno surcoreano se comprometió a no usar dicho término.
En el Libro Azul Diplomático, Tokio alega que las mujeres que sirvieron sexualmente a los soldados nipones en tiempos de guerra no deben ser referidas como "esclavas sexuales" porque esta expresión se distancia de la verdad, y que Seúl dijo ser consciente de ello durante las consultas mantenidas en 2015 para establecer un acuerdo interestatal para indemnizar a esas mujeres.
Lo controvertido de este documento es que, en base a su redacción, da la impresión de que el Gobierno surcoreano aceptó esa pauta de las autoridades japonesas, que siempre rechaza que las mujeres a las que reclutó en el pasado para distracción sexual de sus soldados fueran en realidad "esclavas sexuales".
Sin embargo, varios informes internacionales -entre los que se incluye uno de Naciones Unidas de 1996, conocido como Informe Kumaraswamy- definen a las mujeres de consuelo del Ejército nipón como "esclavas sexuales" y recomienda al gabinete de Tokio ofrecer una disculpa y una indemnización por el reclutamiento forzoso de esas mujeres.