Clark Cooper, subsecretario de Estado estadounidense para asuntos político-militares, expresó su preocupación el 31 de octubre, hora local, tras ser informado de la prueba norcoreana con lanzacohetes múltiple de "gran calibre".
Según la Voz de América, durante un seminario celebrado en Washington, Cooper calificó ante los medios la provocación de Pyongyang como "acto inadecuado que impedirá al Norte integrarse en la comunidad global, y de grave amenaza no solo para Seúl y Tokio, sino también para Asia-Pacífico".
Tras ser preguntado sobre la posibilidad de flexibilizar las sanciones contra Corea del Norte, este alto funcionario prefirió no realizar conclusiones precipitadas, aunque por ahora Estados Unidos no ha rebajado las sanciones.
Previamente, el 22 de octubre, el embajador adjunto norcoreano ante la ONU, Chang Il Hun, matizó que el país norteamericano necesita una nueva fórmula para aproximarse al tema nuclear de la península coreana, al tiempo de advertir que si Washington sigue recurriendo a su potencial militar para resolver el problema, Pyongyang no tendrá más opción que tomar "otro camino".