Un medio japonés ha diagnosticado que las restricciones adoptadas por Japón sobre las exportaciones a Corea del Sur son claras represalias económicas, si bien el Gobierno nipón sigue insistiendo en que son cambios de su política sobre la gestión de comercio.
El diario Tokyo Shimbun informó el sábado 10 que el partido gobernante de Japón, el Partido Liberal Democrático, comenzó a valorar el plan de sanciones contra Seúl, incluida la suspensión del suministro de fluoruro de hidrógeno, unos dos meses después de que el Tribunal Supremo surcoreano emitiera un fallo en el que ordenó a las empresas niponas a indemnizar a las víctimas del trabajo forzado durante la colonización japonesa.
Haciendo hincapié en que la Administración de Shinzo Abe preparó minuciosamente las restricciones contra Corea del Sur durante los últimos seis meses, criticó que es irracional que el Gobierno nipón siga sosteniendo que sus medidas para limitar la exportación a Seúl no son sanciones económicas.
El periódico nipón señaló que durante una reunión del partido el 11 de enero, el diputado japonés Masaaki Akaike exigió que Japón implementara sanciones económicas concretas en tres ámbitos, a saber, personas, bienes y dinero, proponiendo una restricción a la exportación de fluoruro de hidrógeno a Corea del Sur.
Según informan, un alto funcionario de Exteriores de Japón participó en la reunión y afirmó que todo el Gobierno, bajo el liderazgo del primer ministro, se encontraba revisando lo que Japón podría hacer en contra de Corea del Sur como respuesta.