El fin de semana tuvo lugar en la Plaza Gwanghwamun de Seúl una protesta masiva contra el primer ministro japonés Shinzo Abe y su Gobierno, mientras que las relaciones entre Corea y Japón empeoran por las represalias comerciales de Tokio. 

En total, en dicha zona céntrica de la capital, se reunieron unos 5.000  manifestantes, que alzaron sus voces para condenar a Abe por la campaña que impulsa de tergiversación histórica, invasión económica y amenaza contra la paz. 

Un historiador presente en la protesta declaró que los ciudadanos allí reunidos no sentían odio ni rencor hacia los japoneses, solo que consideran necesario debatir sobre "qué es la justicia" y denunciar que la idea que rige las políticas de Abe es claramente militarista.

Por su parte, un activista civil enfatizó que Abe pretende "domesticar" a Corea mediante una invasión económica. 

Se estima que tanto Seúl como otras partes del país vivirán protestas similares durante el mes de agosto.