Mientras las represalias económicas aumentan la tensión entre Corea del Sur y Japón, dicha situación preocupa a Estados Unidos, país que considera imprescindible la cooperación entre los tres aliados para responder a los problemas regionales, incluida la negociación con Corea del Norte sobre desnuclearización, o la creciente supremacía de China en Asia.
De hecho, Estados Unidos ya expresó su inquietud al respecto el lunes 1, cuando Tokio anunció que adoptaría medidas regulatorias para limitar las exportaciones de materiales clave para semiconductores a Corea, al tiempo de solicitar indirectamente una reconciliación a ambos países.
Para Washington, cooperar con sus aliados del Nordeste de Asia es sumamente relevante por los mencionados conflictos con Pyongyang y Beijing, y por tanto los analistas se preguntan si ejercerá como mediador para resolver las diferencias entre Seúl y Tokio.
Por citar un ejemplo, pese a mostrar cierto desinterés en las relaciones entre Seúl y Tokio desde la llegada de Trump, Washington enfatizó mediante un comunicado que, durante una conversación telefónica mantenida el 14 de junio, el primer viceministro surcoreano de Exteriores, Cho Se Young, y el subsecretario de Estado estadounidense, John Sullivan, reafirmaron la importancia de la cooperación trilateral entre Corea del Sur, Estados Unidos y Japón.