El primer ministro japonés, Shinzo Abe, aludió a la represalia comercial contra Corea del Sur como una medida ajustada a las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En una entrevista con el diario Yomiuri publicada el día 2, Abe argumentó que su sistema de control de exportación se basa en la confianza mutua, confianza que se ha visto gravemente deteriorada entre ambos países, llevando a restringir las exportaciones.
Los expertos interpretan que, con esas declaraciones, el premier japonés reconoce que se trata de una medida de represalia contra Seúl, en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo surcoreano que sanciona a firmas niponas por explotar laboralmente a los surcoreanos durante el periodo colonial.