El Gobierno surcoreano presentó el día 27 una queja oficial a Japón por sus textos escolares de primaria, por la tergiversada explicación sobre las islas Dokdo, que en dichos libros figuran como parte de su territorio. Al respecto, el gabinete de Tokio dio una respuesta asimismo distanciada de la verdad histórica.
Japón respondió a las quejas de Corea del Sur, alegando que es importante impartir una correcta enseñanza sobre el territorio nacional y la historia a los niños, y que la revisión de los textos se hizo en base a criterios académicos y neutrales.
Mientras, aumentan las voces del partido oficialista del país vecino, el Liberal Democrático, que exigen al Gobierno japonés adoptar medidas más firmes contra el embargo de bienes de Mitsubishi, decidido por un tribunal surcoreano, después de que dicha firma no acatara el dictamen que obliga al pago de una indemnización por daños y perjuicios a unos coreanos que movilizó a la fuerza y explotó laboralmente durante la era colonial.
Algunos de los políticos de esa formación hasta urgieron a implementar sanciones económicas contra Corea del Sur, y el diario Sankei -de inclinación ultraderechista- incluso propuso la ruptura de relaciones diplomáticas bilaterales.