El comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, Robert Abrams, ha enfatizado que la alianza Seúl-Washington se mantiene firme y que ha venido fortaleciéndose por encima de las circunstancias que la pusieron a prueba.

El jefe militar compareció el miércoles 27 ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos e hizo tal declaración, al tiempo de señalar que las actividades nucleares y balísticas de Corea del Norte son contradictorias al objetivo de la desnuclearización. 

Declaró que los movimientos que detectó en Corea del Norte se desvían del camino de desarme nuclear. Así puntualizó que aunque las relaciones con Corea del Norte han mejorado gracias a intervenciones diplomáticas, en términos militares son casi nulos los cambios observados, y que en esta situación son importantes para el Ejército estadounidense en Corea del Sur el centro de control de comando TANGO cuyo presupuesto se incluye entre los posibles gastos de construcción militar que la Administración Trump valora redirigir para el muro en la frontera con México.

Abrams afirmó que en cualquier caso contribuyeron a aliviar la tensión en la península coreana aquellas medidas adoptadas en virtud de un acuerdo militar intercoreano, como la eliminación de las armas en el Área de Seguridad Conjunta de Panmunjeom y la supresión de los puestos de guardia en la Zona Desmilitarizada. Recalcó que tales medidas, más allá de su envergadura o alcance, son una señal optimista sobre lo que pueden lograr los continuos esfuerzos diplomáticos. 

No obstante, advirtió que pese a todo, Corea del Norte insiste en aumentar su poder de combate para guerras convencionales y asimétricas, así como en desarrollar armas, mientras que la magnitud de sus tropas o el grado de preparación bélica continúan en el mismo nivel que antes.