El ministro norcoreano de Exteriores, Ri Yong Ho, ofreció voluntariamente, el 1º de marzo por la madrugada en Hanói, una rueda de prensa sobre la posición del régimen de Pyongyang acerca del resultado de la segunda cumbre entre Kim Jong Un y Donald Trump.
En primer lugar, el canciller norteño recalcó que Kim formuló propuestas realistas a Trump en su segundo encuentro en la capital vietnamita, sobre la base de la confianza mutua construida durante la primera reunión en Singapur.
Afirmó que el dirigente norcoreano propuso que desmantelaría las centrales nucleares de Yongbyon de manera permanente, de desactivar Estados Unidos algunas sanciones de las Naciones Unidas relacionadas con la vida de su pueblo y no levantarlas por completo. Especificó además cinco de las 11 sanciones de las Naciones Unidas adoptadas entre 2016 y 2017, que afectan a la economía y la vida de los norcoreanos.
Tales comentarios del canciller norcoreano contradicen totalmente las alocuciones de Donald Trump pronunciadas durante la rueda de prensa del 28 de febrero, sobre que Kim Jong Un exigió una desactivación total de las medidas punitivas contra su país.
El diplomático norcoreano enfatizó además que la propuesta de desnuclearización formulada por Kim Jong Un es la de mayor grado posible dado el actual nivel de confianza entre ambos países y que, si Estados Unidos pierde esta oportunidad, podría no volver a tenerla nunca más.