La Segunda Cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos en Hanói concluyó sin alcanzar un acuerdo debido a que ambos mandatarios no consiguieron armonizar las grandes discrepancias en cuanto a la desnuclearización norcoreana y las consecuentes compensaciones estadounidenses.
Durante una rueda de prensa que ofreció de regreso en su hotel, tras cancelar tanto el almuerzo como la firma de la Declaración Conjunta con su par norcoreano Kim Jong Un, el presidente Donald Trump dijo que Pyongyang reclamaba un levantamiento completo de sanciones contra su país, pero Washington no podía aceptar tal reclamación porque el régimen norcoreano no estaba preparado para efectuar un desmantelamiento nuclear total, sin especificar las medidas de desnuclearización concretamente exigidas por la Casa Blanca.
Posteriormente, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, explicó que Kim Jong Un llegó a la capital vietnamita con muchas expectativas, pero Estados Unidos tenía aún más demandas y el dirigente norcoreano no estaba preparado para satisfacerlas por completo.