La agencia de noticias Kyodo informó el día 4 que, considerando sus relaciones con Rusia, el Gobierno japonés decidió no usar más la expresión "ocupación ilegal" al referirse a las islas Kuriles, objeto de fricciones entre ambas naciones.
La decisión fue tomada en sintonía con la cambiada estrategia de Tokio, mediante la cual ese país exige prioritariamente la devolución de dos de las cuatro islas que componen dicho archipiélago en vez de una restitución global. No obstante, Rusia es reacio todavía a entrar en negociación, pues su postura básica es que Japón debe reconocer que las islas Kuriles son territorio ruso.
Asimismo, la conducta del Gobierno nipón refleja la disposición del primer ministro, Shinzo Abe, que para obtener lo que desea en las negociaciones con Rusia está incluso decidido a suavizar el tono respecto a años anteriores al hablar de dicho conflicto territorial. Esta actitud es, sin embargo, contradictoria a la que Japón muestra hacia Corea del Sur sobre problemas vinculados con el pasado histórico o los recientes vuelos amenazantes de sus aviones contra buques surcoreanos.