Voz de América divulgó el sábado 22 que Pyongyang regresó el dictamen del Tribunal Federal de Estados Unidos sobre el caso del pastor protestante, Kim Dong Sik, que murió en 2001 en una prisión de Corea del Norte. El fallo imponía al Estado norcoreano el pago de una indemnización de 330 millones de dólares a los familiares del difunto.
La emisora detalló que el dictamen fue remitido al Ministerio de Exteriores norcoreano, así como a la Representación de Corea del Norte ante las Naciones Unidas en Nueva York y las embajadas norcoreanas en Londres y en Beijing en 2016, a solicitud de los familiares del fallecido.
El pastor Kim Dong Sik fue secuestrado por agentes norcoreanos en el año 2000 mientras ayudaba a desertores norcoreanos y realizaba actividades misioneras en Yanji, China. Se informa que en Corea del Norte fue sometido a torturas y falleció un año después, en 2001.
Sobre este caso, Voz de América recalcó que es muy similar al juicio en marcha sobre Otto Warmbier, un ciudadano estadounidense que fue repatriado en estado de coma tras permanecer detenido en Corea del Norte durante un año y cinco meses, pero que finalmente murió; de ahí que es alta la posibilidad de que el régimen de Pyongyang rechace también el fallo de ese nuevo juicio, cuando se emita.