Las autoridades del Ayuntamiento de Seúl han comprobado que las aguas subterráneas en los alrededores de la base de la Fuerza Estadounidense en la capital, están gravemente contaminadas. 

En concreto, 27 de los 41 pozos próximos a la estación de Metro de Noksapyeong no satisfacen el criterio de pureza, al contener un volumen de benceno 1.170 veces superior al límite legal, establecido en 0,015㎎/L .

Asimismo, las aguas de 11 de los 21 pozos cercanos a Camp Kim también tienen un nivel de sustancias nocivas superior al estándar, al presentar una cantidad de residuos de hidrocarburos de petróleo 292 veces mayor a la establecida por ley, de 1.5㎎/L. 

Desde que en 2001 descubrieran estos elementos contaminantes, el Ayuntamiento capitalino ha venido realizando tareas de depuración y limpieza. En resultado, la concentración máxima de benceno en aguas cerca de Noksapyeong bajó un 40% respecto a 2004, y la de los hidrocarburos de petróleo disminuyó un 95% sobre 2008, si bien aún superan el máximo legal.

La Municipalidad de Seúl ha resaltado que se esforzará al máximo por devolver el terreno que ahora ocupa la base al Gobierno surcoreano, con tareas como una inspección exhaustiva interna de la base y depuraciones de las aguas, entre otros, incluyendo una reforma del Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas Armadas (SOFA).