Miles de fans de Corea del Sur salieron a las calles el miércoles 27 para animar a la selección nacional en su partido contra Alemania, en el tercer encuentro en la fase de grupos del Mundial Rusia 2018.
Según datos de la Policía, unas 6 mil personas se congregaron en la plaza de Gwanghwamun, otras 2 mil en la plaza de Seúl y casi 10 mil en la avenida Yeongdong-daero.
La cantidad de hinchas fue relativamente menor que en los dos primeros partidos del selectivo, contra Suecia y México respectivamente, al ser un día laborable y porque el encuentro se disputaba a altas horas de la noche, hora coreana.
Durante el segundo tiempo, entonaban sus clásicos cánticos para animar al equipo nacional, pues la primera mitad terminó 0 a 0, y aún quedaba la esperanza de que el plantel nacional empatara al menos contra el número uno de la FIFA.
Cuando Kim Young Gwon anotó el primer gol en el minuto 90+3, el árbitro dejó a la afición con el corazón en un puño al pitar fuera de juego, y hubo que recurrir al videoarbitraje. Tras unos minutos que parecieron horas, al validar el tanto los coreanos expresaron su alegría con gritos y vítores. Pero definitivamente el partido no fue apto para cardíacos, pues solo 3 minutos más tarde el capitán Song Heung Min metió otro gol, igualmente en tiempo de escuento, firmando la derrota de Alemania por 2 a 0.
Los coreanos congregados en las plazas estallaron en euforia, aplaudieron y se abrazaron entre sí con emociones contradictorias, pues pese a la victoria, el plantel surcoreano no pudo pasar la eliminatoria ni llegar a octavos de final, como era su objetivo.
En un ejemplo de civismo, antes de dejar las plazas la hinchada limpió toda la basura, y no se registraron incidentes graves en las zonas de concentración.