El 23 de octubre fue registrado el primer caso de aplicación práctica de la Ley de Muerte Digna en Corea del Sur.
Según el Ministerio de Salud y Bienestar, un paciente falleció de muerte natural hace unos días, tras agravarse repentinamente su estado de salud.
Previamente, había declarado su negativa a recibir tratamiento para prolongar su vida de modo artificial, mediante reanimación cardiopulmonar, aparatos de respiración asistida, hemodiálisis o terapia anticancerígena.
Entre los centros médicos que participan en el proyecto piloto para implementar dicha ley, activado en octubre por el Ministerio de Salud para garantizar a los pacientes el derecho a optar por una muerte digna, se incluyen entre otros el Hospital de la Universidad Nacional de Seúl, el Hospital St. Mary de Seúl, y el Hospital de la Universidad de Jeju.