El Gobierno suprimió oficialmente el lunes 25 las medidas establecidas por la anterior administración, que para mejorar y flexibilizar la gestión de recursos humanos, permitían despedir a trabajadores con bajo rendimiento y modificar normas laborales sin consentimiento de los sindicatos.
Así esas medidas, criticadas por los trabajadores por dar vía libre al "despido fácil", han sido eliminadas un año y ocho meses después de su adopción.
El Ministerio de Trabajo ha explicado que esas medidas se implementaron sin un consenso entre la patronal y los sindicatos, o sin un consenso social al respecto, hecho que derivó en graves conflictos laborales. Agregó que incluso su aplicación real generó numerosas demandas civiles y penales, por lo que las autoridades competentes han decidido derogarlas.