El miércoles 30 falleció otra víctima coreana de la esclavitud sexual impuesta por Japón durante la Segunda Guerra Mundial, a la edad de 94 años.
De apellido Lee, la difunta nació en Cheongjin -localidad que ahora pertenece a territorio norcoreano- en 1924, pero creció en la provincia de Gyeongsang, al sur de la península coreana, tras ser adoptada por su tía paterna. Su difícil vida como esclava sexual comenzó cuando apenas era una adolescente, después de que fuera llevada a la fuerza por soldados japoneses y metida en un prostíbulo militar en Taiwán.
Con su fallecimiento, el número de supervivientes de la esclavitud sexual militar de Japón en Corea y el exterior ha disminuído a 35 personas.
Los datos personales de la finada no se dieron a conocer por voluntad de sus familiares.