Recientemente, se han descubierto sustancias altamente cancerígenas en agua subterránea de la base militar estadounidense en Yongsan.
A falta de poco para que las fuerzas estadounidenses desplegadas en Seúl retornen dicho terreno a Corea del Sur, los gobiernos de ambos países comenzaron un estudio sobre la calidad del agua subterránea y concluyen que está gravemente contaminada.
En concreto han detectado bencina -un químico clasificado como agente cancerígeno de primer grado- en un volumen hasta 160 veces más elevado del permitido.
Si bien las investigaciones al respecto comenzaron hace dos años, el Gobierno anunció los resultados el día 18, en base a un veredicto judicial. Ante la gravedad de la situación, las organizaciones medioambientales exigen ahora conocer los otros análisis para saber la contaminación real del terreno.