Kim Jong Un visitó la fábrica de agua mineral en la ciudad de Pyongyang, mientras sigue haciendo caso omiso por más de un mes a los afectados por las inundaciones producidas a fines de agosto.
Así, el dirigente norcoreano se ocupó solo de comprobar la operación de dicha planta cuya construcción se llevó a cabo bajo órdenes directas que el mismo dio, sin prestar atención a la situación de los damnificados.
Desde las inundaciones, Kim Jong Un realizó unas visitas industriales en seis ocasiones, recorriendo solo fábricas y granjas ubicadas mayormente en Pyongyang. Esta conducta muestra claramente su favoritismo a clases privilegiadas que residen en la capital y no se diferencia mucho de la de su padre, que en vida dijo que para Corea del Norte es suficiente contar con miembros del Partido de los Trabajadores, soldados con firmes convicciones ideológicas y los 3 millones de habitantes de Pyongyang.