Después de que Estados Unidos designara a diversos particulares e instituciones norcoreanas, incluido Kim Jong Un, como objeto de sanción por vulnerar derechos humanos, el régimen de Pyongyang ha expresado fuertes quejas al considerar este hecho como una ofensa hacia su "máxima dignidad".
La Cancillería norcoreana emitió el día 7 por la noche -hora local- un comunicado de emergencia urgiendo a Estados Unidos a retirar las sanciones contra su mandatario, al matizar que se basan en hechos falsos; al tiempo de reconocer que han cruzado una línea al incluir a Kim Jong Un en ese listado.
Añadió que el régimen comunista interpreta la sanción como una "declaración de guerra" y que, en caso de no retirarla, cortará todas las líneas diplomáticas que mantiene con el país norteamericano. Igualmente amenazó con tomar represalias con todos los recursos disponibles.