Otra de las surcoreanas que fueron víctimas de la esclavitud sexual impuesta por el Gobierno japonés durante la Segunda Guerra Mundial, llamada Lee Su Dan, pasó a mejor vida el martes 17 a los 94 años de edad, en un asilo de ancianos ubicado en la provincia china de Heilongjiang.
Durante la ocupación japonesa, Lee vio en Pyongyang, su ciudad natal, un aviso de reclutamiento de trabajadores para una fábrica en Harbin, China, y se postuló para conseguir empleo. Pero en vez del empleo prometido, fue llevada a la fuerza a un burdel militar japonés, donde fue explotada sexualmente hasta el fin del conflicto bélico.
En 2005 y con la ayuda del Gobierno de Seúl, adquirió la nacionalidad surcoreana; pero no consiguió volver a territorio coreano por su precaria condición de salud.
El consulado surcoreano de Shenyang, con jurisdicción en Heilungjiang, solicitó a las autoridades locales realizar el rito fúnebre de la difunta al estilo tradicional coreano, al tiempo de enviar al cónsul para organizar el cortejo funerario.