El Gobierno de Corea del Sur ha solicitado a las entidades surcoreanas en el extranjero fortalecer la seguridad y proteger a sus ciudadanos, tras descubrir que Corea del Norte ha estado vigilando algunas de estas instituciones. Además, se teme que las crecientes provocaciones de Pyongyang podrían traducirse en ataques terroristas o secuestros. 
En este contexto, diversas organizaciones en pro de los DDHH de Corea del Norte, también han advertido a sus integrantes que eviten contacto directo con el país norteño, pues cada vez hay más solicitudes de encuentros por parte del Norte que usan como excusa transacciones comerciales o situaciones de emergencia. 
El Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur descubrió recientemente que las instituciones norcoreanas encargadas de las operaciones contra el Sur están aumentando su capacidad, y podrían llegar a secuestrar o atacar con sustancias tóxicas a ciudadanos surcoreanos. 
El gobierno surcoreno, por su parte, temiendo las represalias del régimen norteño ante las sanciones impuestas y la reciente huída al sur de desertores en bloque, ha enviado un comunicado oficial a medios y misioneros que operan en las cercanías de la frontera entre Corea del Norte y China, solicitándoles extremar las precauciones.