Los dos principales sindicatos de Corea del Sur convocaron una concentración el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores.
Por un lado, la Federación General de Sindicatos de Corea convocó a la ciudadanía el domingo por la tarde en la Plaza Seúl, a la que asistieron unas 18.000 personas, según cálculos policiales. Durante su transcurso, los líderes sindicales reclamaron al Gobierno detener la reforma laboral, alegando que puede facilitar los despidos y la reducción salarial.
La Confederación Coreana de Sindicatos, por su parte, consiguió reunir alrededor a unas 10.000 personas en Daehak-ro, ante las cuales criticó las políticas laborales del Gobierno y solicitó eliminar los cambios negativos del sector, aumentar el salario mínimo a 10.000 wones/hora y limitar la jornada de trabajo a 35 horas semanales, entre otros. La Confederación ha declarado que, si el Gobierno no atiende sus demandas, conocidas como "Las 5 peticiones clave", convocará una huelga general en julio y una manifestación multitudinaria en noviembre.
Si bien la policía situó unos 10.000 agentes en el centro de Seúl para prevenir disturbios, la concentración finalizó sin incidentes.