A partir del lunes 25, tras una reforma que endurece las sanciones contra el consumo de alcohol al volante, si una persona -con historial de haber conducido después de beber alcohol- comete la misma falta más de cinco veces en cinco años, o bien provoca la muerte de otra persona por conducir en dicho estado, le será confiscado el automóvil de su propiedad.
Asimismo, las personas que viajen en un vehículo con una persona ebria al volante y que, pese a su estado no le hayan persuadido de no conducir, serán consideradas cómplices y recibirán las sanciones que correspondan.
El endurecimiento de las sanciones a aquellos que conduzcan tras beber alcohol refleja el alto número de muertes ocasionadas por accidentes de tráfico en Corea del Sur, especialmente los causados por personas que conducen bajo efectos del alcohol. Los datos indican que durante 2015, en el país se produjeron unos 24.000 accidentes de tráfico provocados por conductores que bebieron alcohol, que se saldaron con la muerte de 583 personas.