El viernes 11 se cumple un mes de la suspensión de actividades en el Complejo Industrial de Gaesong, instalación que simbolizaba el intercambio y la cooperación intercoreana, en respuesta a las provocaciones militares y balísticas de Corea del Norte.

Ante esta decisión del Gobierno de Seúl, Pyongyang respondió congelando los bienes del polígono y expulsando a los surcoreanos. Posteriormente, el Gobierno sureño ordenó cortar el suministro eléctrico que ofrecía a dicho territorio norcoreano.

Así, no solo se paralizaron las actividades comerciales entre las dos Coreas, sino también los canales de diálogo, incluida la línea de contacto militar que se mantenía en la frontera, y otros proyectos como la ruta logística Rajin-Hasan. impulsada por las dos Coreas y Rusia.

Esta semana, al margen de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, la Administración de Park Geun Hye adoptó una nueva sanción independiente para incrementar la presión sobre el régimen de Kim Jong Un en un intento por liderar un cambio de rumbo en Corea del Norte.