Corea del Norte comenzó sus propias emisiones mediante altavoces, a fin de impedir que las de contenido propagandístico iniciadas por el Ejército surcoreano sean escuchadas por sus habitantes.
Una autoridad de Seúl explica al respecto que lo que se oye a través de los megáfonos norcoreanos son mayormente ruidos, cuyo objetivo principal es hacer que las mencionadas emisiones de Corea del Sur no lleguen a sus ciudadanos. Especifica así que esas difusiones no se dirigen a los surcoreanos y salen de los altavoces instalados hacia el norte.