Las dos Coreas se culpan la una a la otra del fracaso de la reunión de autoridades, ya que, pese a haberse organizado por primera vez en 8 años, finalizó sin fruto alguno.
Uno de los mayores obstáculos en las conversaciones intercoreanas fue la demanda de Pyongyang de reanudar el turismo al monte Geumgang. Mientras que la delegación de Seúl exigió una solución definitiva al problema de las familias separadas, la parte norcoreana priorizó la reactivación de dicho programa turístico e insistió en que no negociaría nada más, si antes no se lograban avances para reanudar los viajes al monte Geumgang.
En este ambiente, la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte divulgó nada más dar por terminada la reunión de autoridades, que las partes no pudieron avanzar durante el encuentro, al tiempo de culpar a Corea del Sur.
Sin embargo, una fuente de la administración de Seúl afirmó que las dos Coreas ni siquiera pudieron coodinar el calendario de una próxima reunión de autoridades. Enfatizó que la responsabilidad de interrumpir el programa de viajes al monte Geumgang es de Corea del Norte, y por ende Corea del Sur por ahora no considera proponer la celebración de una reunión adicional.