Las autoridades militares de Estados Unidos han revisado los planes ante la posibilidad de guerras en la península coreana, Oriente Medio y otras partes, basándose en las suposiciones de que puede haber respuestas más rápidas a los conflictos y con menos soldados.

Los cambios reflejan los avances en las municiones de precisión, empleo de fuerzas especiales de operación y mejor coordinación entre las fuerzas de tierra, aire y mar para elevar la eficacia militar.

En el caso de que el Norte ataque el Sur, la fuente militar estadounidense dijo que los nuevos planes podrían permitir que Estados Unidos responda sin esperar a fuerzas terrestres, sustituyendo la fuerza aérea por la artillería y con equipos modernos.