Por primera vez se ha planteado en el Congreso de Estados Unidos una denuncia sobre la precaria situación de derechos humanos de obreros, que trabajan en minas e instalaciones nucleares de Corea del Norte.
Tal denuncia fue realizada por el doctor Shin Chang Hoon del Instituto Asan para Estudios sobre Políticas. Este experto aseveró en la Cámara de Representantes, que algunas entrevistas con desertores norcoreanos, delatan que los operarios de las minas de uranio en Pyongsan y la planta de reprocesamiento nuclear de Yongbyon, trabajan bajo una severa exposición al radón, un elemento químico cancerígeno.
Shin señaló, sobre todo, que esos obreros trabajan 7 horas diarias, protegidos con apenas una simple máscara antipolvo y que debido a ello, el 60% de las mujeres sufren de infertilidad.
Agregó que, en esta situación, la mayoría de los trabajadores están preocupados ante la posibilidad de contraer cáncer, además de mostrar síntomas diarios como dolores de cabeza, vómitos y complicaciones respiratorias.