Las difamaciones de Corea del Norte contra Corea del Sur se hacen cada vez más fuertes, mientras el país comunista tergiversa la verdad y emplea un lenguaje de lo más despectivo en sus calumnias. 

Esta actitud de Pyongyang ha podido apreciarse particularmente en el caso de los pescadores norcoreanos repatriados por la Fuerza Naval del Sur la semana pasada. Las autoridades de Corea del Norte han organizado incluso una rueda de prensa con dichos pescadores, para alegar que el Ejército surcoreano les secuestró y les agredió físicamente para obligarles a desertar. 

En cuanto a la distribución de folletos de propaganda contra su régimen, Pyongyang mencionó directamente el nombre de la presidenta surcoreana Park Geun Hye, además de proferir amenazas de que convertirá a Seúl en un mar de fuego y cenizas. 

Ante estas provocaciones del Norte, el Gobierno de Corea del Sur ha desmentido todo lo alegado por dicho país, y le ha exhortado con firmeza a detener las calumnias. El Ministerio de Defensa instó al régimen norcoreano, sobre todo, a no agravar más la tensión en la península, distorsionando el caso de repatriación de pescadores norcoreanos.