El misionero cristiano Kim Jung Wook, quien fue detenido tras entrar a Corea del Norte el año pasado, ofreció una rueda de prensa el día 27 en Pyongyang.
Kim apareció ante los periodistas y, tras explicar que fue detenido por los crimenes cometidos contra el Estado, posteriormente se disculpó por sus actos. Confirmó que fue arrestado por acceder a Pyongyang a través de China, portando materiales religiosos -como la Biblia- el pasado octubre. Asimismo agregó haber actuado con fondos y por orden del Servicio Nacional de Inteligencia.
Finalmente Kim pidió su libertad a Corea del Norte, y mandó saludos a su familia, motivos por los cuales convocó la rueda de prensa.
Al respecto, el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur expresó que la conferencia de Kim carecía de sentido, y que la agencia no mantiene relación alguna con el misionero.
No obstante, el Ministerio de Reunificación Nacional pidió asimismo la pronta liberación de Kim. La entidad lamentó que Corea del Norte haya retenido el ciudadano surcoreano sin ningúna explicación previa, y evaluó que va en contra del humanitarismo que el régimen comunista no haya respondido a la solicitud de verificación de identidad todo este tiempo, y recién hoy haya revelado quién ea el detenido.
En especial, calificó de incomprensible acusar de un criminal contra el Estado a un ciudadano surcoreano por realizar actividades religiosas; mientras que intentarán confirmar todo lo afirmado por Kim durante la rueda de prensa, cuando el detenido sea entregado al Sur.
Paralelamente, el ministerio pidió al Norte garantizar la seguridad y comodidad del detenido, al igual que facilitar el encuentro de Kim con su familia y abogados, antes de ser trasladado al país surcoreano.