El Gobierno de Corea del Sur ha exhortado a Corea del Norte a no aplicar duras penas o dar un trato injusto a los nueve adolescentes repatriados desde Laos, y también a garantizar su vida y seguridad.
Quien ha hecho el llamamiento al régimen de Pyongyang es el director de organismos internacionales del Ministerio de Exteriores surcoreano, Shin Dong Ik, que asiste actualmente a la reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra.
Este funcionario ha declarado que Corea del Norte debe permitir el contacto entre los repatriados y agentes independientes con facultades de decisión tanto sobre el estatus como el bienestar de los jóvenes.
A esta alocución, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y otras seis naciones han expresado su apoyo.
Corea del Norte, en cambio, ha alegado que la repatriación forzosa es una medida para proteger a sus ciudadanos y que seguirá ejerciendo tal derecho soberano.