Washington, por medio del departamento de Estado, consideró que la decisión de Corea del Norte es otro paso en su enfoque combativo con la comunidad internacional y que significa un grave desafío. El portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher, también rechazó el argumento norcoreano de que puede retirarse del tratado con sólo un día de notificación, ya que, según dijo, tiene que emitir un aviso previo de 90 días. Ante la decisión de Pyongyang, el vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, señaló que había una gran preocupación entre los vecinos de Corea del Norte y la comunidad internacional. Japón y Rusia expresaron su preocupación e inquietud ante la decisión norcoreana de retirase del tratado que busca evitar una guerra nuclear y llamaron a Pyongyang a reconsiderar su postura. El presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro japonés Junichiro Koizumi condenaron el retiro de Corea del Norte de un tratado global de control de armas nucleares, pero el líder ruso dijo que Pyongyang dejó abierta la posibilidad de alcanzar una resolución por medio de negociaciones. Ambos coincidieron en que es una decisión muy lamentable y que debe ser abandonada de inmediato. Así se manifestaron en el Kremlin después de reunirse. La cumbre se llevó a cabo un día después de que Corea del Norte anunciara su decisión de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear. Francia también condenó la decisión norcoreana y estimó que el Consejo de Seguridad de la ONU debería actuar al respecto. En tanto China, el aliado más cercano de Norcorea, expresó preocupación, pero no exigió a Pyongyang retractarse de su decisión, aunque ofreció promover una solución pacífica a la crisis.