Diferentes países del mundo, incluyendo el Reino Unido, Rusia, China y Japón, emitieron respectivos comunicados sobre la decisión norcoreana de expulsar a los inspectores de la AIEA y manifestaron su profundo temor al respecto. La sociedad internacional calificó el acto norcoreano como una violación del deber que tiene el régimen de Pyongyang hacia el mundo. Urgieron al unísono que Estados Unidos y Corea del Norte resuelvan este incidente mediante el diálogo y previeron que el gobierno norcoreano acudiría a las negociaciones con el fin de obtener mayor concesión de la sociedad internacional. No obstante, Estados Unidos advirtió a Corea del Norte que la amenaza y la violación del compromiso no se prolongaría al diálogo y urgió la inmediata publicidad de su programa de desarrollo nuclear y la interrupción de su plan de expulsar a los representantes de la AIEA.