El Gobierno de Corea del Sur ha intensificado la inspección sanitaria en la frontera al confirmarse oficialmente el brote de la fiebre aftosa en Corea del Norte.
El día 10 de la semana pasada la Agencia Central de Noticias norcoreana informó que dicha epidemia se detectó en decenas de miles de vacas y cerdos, por lo que el régimen de Pyongyang designó todo el país como “zona de emergencia sanitaria”.
Según una fuente de Seúl, el control fronterizo se ha reforzado desde el 11 de febrero en las oficinas de inmigración de las líneas Gyeongui y Donghae, sobre las carreteras hacia el parque industrial de Gaesong y la zona turística del monte Geumgang respectivamente.
Se han instalado fumigadores automáticos en ambos puntos de la frontera intercoreana para desinfectar tanto los coches como los objetos personales de surcoreanos que estuvieron en Corea del Norte.