El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, manifestó que apoya la resolución de la KEDO, Organización para el Desarrollo de la Energía en la Península Coreana, que decidió interrumpir el suministro de crudo a Corea del Norte. El líder estadounidense reiteró que su gobierno no tiene intención de agredir al país comunista.
Mediante un comunicado escrito especial, el presidente Bush aclaró que aún está vigente su intención de no invadir Corea del Norte y que Estados Unidos desea un futuro diferente en las relaciones con Norcorea.
George Bush remarcó que Estados Unidos y la sociedad internacional coinciden en que el tema nuclear norcoreano debe ser resuelto pacíficamente y que Corea del Norte debe desmantelar por completo su programa atómico.