Un estudio sobre Derechos Humanos en Corea del Norte indica que el estado comunista todavía lleva a cabo ejecuciones públicas, aunque no tan frecuentemente como antes.

El informe publicado por el Instituto de la Reunificación Nacional de Corea se basa en los testimonios de 50 norcoreanos que escaparon al Sur entre 2007 y 2008.

El documento señala que el duro rechazo internacional a la trágica situación de los Derechos Humanos en Corea del Norte podría haber contribuido a este descenso en las ejecuciones públicas.

Otro dato relevante es que Pyongyang ha endurecido las penas para crímenes como tráfico de personas y de drogas y asesinato, mientras los problemas económicos se agravan. Según el informe, los norcoreanos huidos y sus familias son duramente castigados por las autoridades.

El estudio también confirma que la mayoría de prisioneros de guerra surcoreanos fueron enviados a las minas de carbón de la provincia de Hamyeong para realizar trabajos forzados.