La administración de Washington está revisando concentradamente las posibles consecuencias que podría crear el reciente enfrentamiento bélico naval entre las dos Coreas. Los estadounidenses consideran que el incidente naval puede ser un factor imprevisible en cuanto en la reunión intercoreana y entre Pyongyang y Washington. Según las fuentes diplomáticas de Washingron, Estados Unidos manifestó apoyar completamente a Corea del Sur bajo el régimen de la defensa aliada entre los dos países. Sin embargo, aún no ha logrado juzgar con precisión si el ataque bélico ha sido algo accidental o planeado. Especialmente, ante el proyecto de enviar a un emisario especial estadounidense de alto nivel a Pyongyang, Washington está muy confuso y atento sobre cuál será la reacción norcoreana a la hora de proponer el envío de un representante gubernamental.