Corea del Norte se proveyó de 150 millones de dólares desde 1998 por medio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El diario estadounidense Seattle Times citó a fuentes de la ONU, las que contaron que un funcionario norcoreano visitaba la oficina del PNUD en Pyongyang para llevarse un sobre con dinero, acto que se repitió en muchas ocasiones.

Otro alto funcionario de la ONU, bien informado sobre la asistencia para Corea del Norte del Programa de Desarrollo, señaló que el organismo internacional era la única fuente de efectivo para Pyongyang y cada vez que lo deseaba, el dinero entraba al gobierno norcoreano.

A pesar de ello, los funcionarios de esa entidad de Naciones Unidas estaban restringidos en sus actividades, ya que no podían movilizarse sin la compañía de un funcionario norcoreano y tenían que solicitar permiso especial para salir de Pyongyang. Tales controles no permitieron que se verificaran cómo se gastaba el dinero entregado.

La ONU había anunciado el pasado día 2 de febrero la suspensión de todos los proyectos del Programa para el Desarrollo por problemas de transparencia.

Por su lado, Corea del Norte criticó la decisión de Naciones Unidas de interrumpir los proyectos y retirar a sus trabajadores. El vocero de la cancillería norcoreana manifestó que tal decisión es un acto que daña la dignidad de Corea del Norte y no aceptará una cooperación con fines impuros.