El viceministro surcoreano de Reunificación Nacional, Shin Un Sang, remarcó el día 4 que la situación de derechos humanos en Norcorea no mejoraría mediante la presión externa sino a través de políticas de reforma y apertura, así como la reanimación de su economía.

La intervención se produjo en el Simposio Internacional Ecuménico para la Paz en el Este de Asia, organizado por la Iglesia Presbiteriana de Corea. En la conferencia, el funcionario subrayó que presionar al país comunista con una posible interrupción de la cooperación internacional o de la asistencia alimenticia para que arraigue la cultura de respeto hacia los derechos humanos dentro de sus fronteras no hará más que agudizar las necesidades que padecen los norcoreanos.

Shin afirmó que aún no es tiempo de hablar abiertamente sobre el tema de los derechos humanos en Corea del Norte. No obstante, destacó los esfuerzos hechos por el gobierno surcoreano por promover el derecho a la supervivencia de los norcoreanos, evaluando como exitosas las políticas basadas en la reconciliación y la cooperación, aplicadas por la administración seulita a las relaciones intercoreanas.

El viceministro de Reunificación cerró la conferencia aludiendo a que la paz de la península coreana guarda directa relación con la estabilidad del nordeste asiático y que la meta de consolidar la paz en la región no podría ser alcanzada si se excluye de dicho proceso a Corea del Norte.