ⓒ LOTTE

El Lotte World Tower se encuentra en la ribera del río Han, el distrito de Songpa, a un paso de la estación Jamsil de las líneas 2 y 8 del metro y junto al lago Sokcheon, del que le hablábamos la semana pasada como uno de los lugares ideales para disfrutar de los cerezos en flor. Con 155 metros de altura, el Lotte World Tower es el rascacielos más alto de Seúl y ocupa el sexto lugar entre los más altos del mundo. Fue diseñado por la firma de arquitectos Kohn Pedersen Fox y tiene la forma de un cono con los lados combados. Según sus diseñadores, se inspira en la cerámica coreana para la estructura del edificio y en los pinceles tradicionales para el remate de la punta de la torre. Se inauguró el 3 de abril de 2017, así que acaba de cumplir cinco años. A grandes rasgos, la torre alberga 123 plantas que se distribuyen del siguiente modo: tiendas e instalaciones de ocio entre las plantas 1 y 6, oficinas entre las plantas 7 y 60, residencias privadas entre las plantas 61 y 85, un hotel de lujo de siete estrellas entre las plantas 86 y 116 y la zona abierta al público Seoul Sky Observatory entre las pisos 117 y 123. En estos pisos, se encuentra la plataforma de observación, que es la segunda más alta del mundo y está a 513 metros de altura. Como se lo pueden imaginar, es el lugar ideal para tener una vista panorámica de Seúl impresionante, capaz de dejar sin aliento al más valiente.

Antes de subir a la torre, vale la pena visitar el Lotte World Mall, que son las instalaciones que se encuentran en la base del rascacielos. Allí encontraremos tiendas de todo tipo, restaurantes, cafeterías y muchas instalaciones de ocio y entretenimientos: como un multicine, un acuario, una sala de conciertos, un hipermercado, los grandes almacenes de productos de lujo Avenuel, así como una tienda duty-free de múltiples plantas. El lugar, además de monumental, es arquitectónicamente muy bello, con techos altísimos y pantallas electrónicas gigantes. En fin, cuenta con todo lo necesario para pasar un día espectacular sin darnos cuenta del paso de las horas. Pero subamos al Seoul Sky Observatory, la última planta del Lotte World Tower, el objetivo de nuestra visita. Para ello tenemos que ir a uno de los pisos del subsuelo, donde se compra el billete de entrada y se toma el ascensor hasta el piso 118. La subida no tarda más de un minuto, pues es uno de los ascensores más rápidos del mundo, pero no se siente ningún mareo porque el techo y las paredes del ascensor se convierten de inmediato en pantallas que nos muestran vibrantes y coloridas imágenes de Seúl y de la torre.

Llegados al piso 118, el primer impulso es acercarse a los ventanales para mirar abajo. Pero antes de llegar, te quedas petrificado porque te das cuenta de que estás suspendido en el aire. Así es, el piso cerca de los ventanales es de vidrio y puedes ver, literalmente, la ciudad a tus pies desde una altura de 478 metros. Es una vista que realmente da vértigo. No es de extrañarse, ya que está registrado en el libro Guiness de los Récords como la plataforma de observación de vidrio más alta del mundo. Se preguntarán si se puede ir más alto. Pues sí, se puede ir al piso 120, donde se puede disfrutar de una vista panorámica de Seúl al aire libre, sintiendo el viento y el sol en la cara, a casi 500 metros de altura. Les recomiendo elegir un día claro y despejado para esta visita y, en especial, la hora del atardecer. Lo que verán será una fiesta para los ojos y una caricia para el corazón. Para los más valientes, hay una experiencia aún más escalofriante: atravesar el estrecho puente de 11 metros de largo que conecta los dos picos de acero que coronan la torre y contemplar la ciudad a 541 metros de altura. Para ello hay que ponerse casco y un traje especial de seguridad. Por supuesto, cuesta más del doble, no se puede subir en invierno y hay restricciones de peso, edad y altura, pero recomiendo incluir esta vivencia en el “bucket list” personal si les gusta la aventura y el riesgo.