En los premios Óscar de 2024 no hubo tantas sorpresas como en los últimos años. Pues como muchos críticos de cine alrededor del mundo habían vaticinado, ‘Oppenheimer’ de Christopher Nolan se coronó como la mejor película, resultando en ganadora de siete galardones. Aun así hubo en la lista de nominados nombres que causaron asombro por el solo hecho de estar incluidos en ella, como ‘Past Lives’, que aun siendo la ópera prima de una directora coreano-canadiense fue una de las candidatas al Premio a Mejor Película, y Celine Song, su realizadora que además fue nominada al Premio a Mejor Guion Original. 

‘Past Lives’ es una historia sobre amores perdidos y en cierta medida toca temas como la providencia y el destino, así como el choque de mundos diferentes que coexisten dentro de una persona. También muestra el doloroso y peligroso acceso al pasado que brindan los medios digitales, subrayando los caminos no tomados, las vidas no vividas y el lujo inútil del arrepentimiento. También es una película que habla de la experiencia de los inmigrantes, y de la forma en que estos crean realidades alternativas que perduran en la mente para toda la vida: del yo que podría haberse quedado en el viejo país, versus el que se fue al extranjero en busca de un nuevo futuro.

‘Past Lives’ es una película desgarradoramente romántica y triste, que en parte deja al espectador agotado y con una sensación de vacío, pero a la vez y por razones inexplicables, eufórico, como si hubiera vivido una aventura de un año y medio en el transcurso de una hora y cinco minutos. Sorprende que sea el debut de una joven guionista y directora. Resulta extraordinario pensar que Celine Song lograra en su primer largometraje tejer una historia de lo más delicada y sofisticada, al tiempo que simple, directa, y hasta rayando magistralmente lo cursi, comparable a películas de cineastas establecidos y con fama mundial, como Richard Linklater, Noah Baumbach y Greta Gerwig.