Dirigida por Kim Deok Min, ‘Dog Days’ versa sobre el amor y la amistad entre humanos y perros. Básicamente sigue la gramática de una comedia, sin embargo lleva como aderezo una considerable dosis de melodrama, aunque sin mucho impacto. La trama es simple y las relaciones que se tejen entre los personajes son tan claras como unidimensionales. El film yuxtapone pares de personajes opuestos con la evidente intención del director de contrastar uno con otro: un solterón que detesta los animales y una veterinaria que está de inquilina en un local de su dificio, una mujer mayor con fama y dinero y un joven cuyo único patrimonio es el futuro que tiene por delante, y una pareja que no puede tener hijos y la niña que adoptaron, que no se atreve a abrir su corazón ante ellos. 

Solo con la anterior descripción de los personajes es posible adivinar la frase culminante: “Y vivieron felices para siempre.” Es más, la película desarrolla una historia tan ordinaria que podría ser sintetizada con esa frase, mientras que ante la poco absorbente trama y el frágil diseño de los personajes fracasa el esfuerzo que hace el director por arrojar un mensaje significativo: que los humanos y los perros son dos especies que habitan el planeta Tierra sin ninguna jerarquía o relación de superioridad e inferioridad, y que bien pueden ser acogidos por otros para ser abandonados en cualquier momento. 

Con todo, la cinta se disfruta satisfactoriamente gracias a la bondad que se percibe en todas las escenas, que bajo la premisa de que por muy miserable que sea ninguna vida no solo deja desgracias, hacen de esta película un “cuento de hadas” para aquellos que han perdido la felicidad y no tienen nada por delante que pueda hacerles felices nuevamente.