Una mujer cae en aguas profundas y se hunde en la oscuridad. La luz que se filtra a través de la brillante superficie del agua muestra recuerdos distorsionados de su pasado como vocalista principal de Dream Sweet, un grupo de k-pop que causó sensación en su momento y que la rodeó de bailarines, luces intermitentes y admiradores que la adoraban. Pero todo ese brillo desaparece al despertar, pues se encuentra en una pequeña y oscura habitación. Esta es la escena que abre la serie ‘¡Doona!’, uno de los romances surcoreanos más recientes estrenados en Netflix y la mujer que aparece en ella es el personaje central de la historia, Lee Doona, interpretado por Suzy.

Las escenas que siguen a la ya descrita secuencia inicial muestran inmediatamente al personaje central masculino: Lee Wonjun. Es un chico tímido y reservado que un día se muda al coliving donde reside Doona. Pero es tan despistado que no se da cuenta de que Doona fue una estrella del k-pop, ídolo de millones de fans, quien lo abandonó todo al no poder aguantar el estrés de actuar sin parar. Los encuentros iniciales entre ambos son torpes, aunque agradablemente tensos. Wonjun queda cautivado por la postura franca e incluso defensiva de Doona, mientras que ésta parece intrigada por alguien tan alejado del entorno donde ella pasó tiempo, ajeno a su fama y a su condición de excelebridad. Y como era de esperar -después de todo, es un k-romance- los opuestos no tardan mucho en sentirse atraídos.

La relación entre Wonjun y Doona se complica cuando entra en escena Kim Jinju, la chica por quien Wonjun guardaba un amor secreto en la adolescencia, y Doona se ofrece a ayudarlo a reconectar con su primer amor, aunque en dicho proceso reconoce dentro de sí un impulso posesivo, pues considera a Wonjun como el único ancla capaz de sostenerla en su nueva y común vida, alejada del escenario, las luces y la atención de miles, e incluso un terrible miedo a perderlo. Así surge un triángulo amoroso, muy frecuente en tantas otras historias románticas de la televisión surcoreana, aunque en ‘¡Doona!’ es solo la base sobre la que la serie construye su enmarañada red de relaciones.

Suzy debutó como integrante de Miss A, un cuarteto femenino de k-pop lanzado por JYP Entertainment en julio de 2010. Desde el primer momento decían que el conjunto había sido creado para Suzy, pues ya era famosa entre productores y fans por su buen look, su presencia y su talento vocal, tras divulgarse varios vídeos de las audiciones en las que había participado para ser cantante. Así, Suzy se convirtió en una estrella inmediatamente tras su debut, y un año después comenzó su carrera como actriz, al protagonizar la serie ‘Dream High (드림하이)’, que causó sensación sobre todo entre los adolescentes. 

Tras el éxito de ‘Dream High’, la carrera actoral de Suzy avanzó rápidamente y en 2012, la primera película comercial que protagonizó, ‘Arquitectura 101 (건축학개론)’, consiguió excelentes resultados taquilleros, al tiempo de dar a Suzy el título de “ideal de primer amor”. 

A partir de ahí Suzy creció notablemente como actriz y tras finalizar su etapa de estrella de k-pop al disolverse Miss A, decidió centrarse en la actuación llegando a protagonizar diversas obras en la pantalla grande y chica. Sin embargo, hay que reconocer que hasta el momento destacan más sus trabajos para la televisión, pues de su filmografía hay pocas películas que llamen nuestra atención, mientras que entre las series televisivas en las que fue protagonista hay varias que merecen mención especial, tanto por la calidad de esas obras como por el interés que suscitaron entre el público. Algunas de las más destacadas son ‘Mientras dormías (당신이 잠든 사이에)’, por la que Suzy recibió el Premio Baeksang a la Mejor Actriz de Televisión, ‘Start Up (스타트업)’, que la convirtió en ganadora del Seoul Drama Award a la Mejor Actriz en K-drama, y ‘Anna (안나)’, serie por la que obtuvo cuatro premios y a la que muchos se refieren como la mejor actuación hasta ahora en la carrera de Suzy.